Rodolfo estaba terriblemente avergonzado por su enorme nariz tan peculiar y los otros renos se burlaban de él. Su padre, su madre y su hermana también sentían pena por la desdicha de Rudolph. Incluso él mismo se sentía muy apenado.
Una noche en víspera de Navidad, Santa Claus estaba preparando su trineo, alistando a todos sus renos, Dasher (Brioso), Prancer (Saltarín), Vixen (Juguetón) y los otros para dar la vuelta alrededor del mundo, llevando regalos a los niños.Pero de pronto una terrible tormenta se desató y la neblina cubrió toda la tierra, evitando que los renos pudieran remontar el vuelo y Santa sabía que con tanta niebla no podría encontrar una sola chimenea.De pronto, Rudolph apareció para ver que sucedía, su gran nariz brillaba como nunca. Santa sintió que esa era la respuesta a su problema, así que llamó a Rudolph y lo colocó al frente del trineo, delante de todos los demás renos, como líder.
Con esa gran nariz como guía los venados pronto remontaron el vuelo y Rudolph condujo a Santa a cada una de las chimeneas.Esa terrible noche ni la lluvia, los truenos, la nieve o la niebla pudieron detener a Rudolph que con su gran nariz roja iluminó el camino.Y así fue como Rudolph se convirtió en el reno más querido y admirado de todos, esa gran nariz que un día lo hizo sentir tan mal, hoy era la envidia de todos en el mundo de los renos.
Desde ese momento, todas las Navidades, Rodolfo trabaja junto a Santa Claus, y es respetado y admirado por el resto de su manada. Rodolfo es el héroe de la Navidad.
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